PROYECTO BARRIO SAN JUAN PABLO II
- Fabian Nieves
- 28 ago 2018
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Presentamos dos nuevos proyectos en el Concejo Deliberante de la Ciudad, uno firmado por todo el bloque de Eco + Cambiemos que propone, a pedido de los vecinos, cambiar el nombre del B° “Presidenta Cristina Fernández de Kirchner” a “Papa San Juan Pablo II”. El segundo proyecto lo impulsamos desde la Coalición Cívica, el mismo exige como requisito que pase un mínimo de 10 años de fallecido para que un bien público pueda llevar el nombre de un funcionario.

En el marco del pedido que los vecinos nos hicieron en la última sesión itinerante del barrio Parayuí, presentamos un proyecto firmado por el bloque Eco + Cambiemos para cambiar el nombre del barrio “Presidenta Cristina Fernández de Kirchner” por el de “Papa San Juan Pablo II”.
Este pedido se da a raíz de que los vecinos expresaran no sentirse representados con la nomenclatura y aclararon que tampoco se tomó en cuenta su opinión para la elección del mismo.
La propuesta de los vecinos tiene su fundamento en la meritoria labor comunitaria y espiritual del Sumo Pontífice, canonizado en el año 2014 durante el pontificado del Papa Francisco.
El nombre del barrio es en cierta forma la carta de presentación que tienen los vecinos, en este sentido es lógico que no quieran sentirse identificados con la mayor trama de corrupción de la historia argentina y que está vinculada a la ex presidente.
Esta iniciativa exige la derogación de la antigua ordenanza N° 5483 que designa al Barrio Pirayuí II con el nombre de “PRESIDENTA CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER”.
El cambio de nombre se hizo sin ninguna perspectiva histórica ni cultural, respondía más a la necesidad política de los que gobernaban en ese momento el Municipio. La pretensión fundacional de convertir a una líder circunstancial de una parcialidad en una prócer nacional significa una práctica más propia del populismo que de la democracia.
Ademas exigimos que pasen 10 años de fallecido para poder bautizar un bien del Estado con el nombre de un funcionario público.
Debemos terminar con esa práctica política anti-republicana de bautizar calles, establecimientos y obras públicas con el nombre de los líderes políticos que gobiernan en ese momento. Es por esta razón que presentamos el proyecto, exigiendo que pasen 10 años de fallecidos para homenajear a un funcionario público, y que una calle, barrio, o establecimiento municipal pueda llevar su nombre.
El proyecto apunta a erradicar el culto a la personalidad, y a que los que circunstancialmente gobiernan entiendan que el Estado no es de su propiedad.
Exigimos además que no puedan imponerse nombres de autoridades nacionales que hayan ejercido su función por actos de fuerza contrarios al orden constitucional y al sistema democrático.